miércoles, 8 de octubre de 2014

La hora del té



Habitual compañero de la rutina diaria, esta popular infusión que proviene principalmente de China continental, India o Sri Lanka, tiene diferentes variedades.

Sus propiedades no dejan de sorprender y es por tal motivo que día a día adquiere más consumidores. Antioxidante, para algunos, protector dental y relajante para otros, el té tiene mil caras por descubrir. En esta nota te contamos cuáles son las grandes variedades que hoy se encuentran en el mercado.
 Té negro
Deriva de las hojas de Camellia Sinensis, y según cuenta una historia, un barco chino transportaba té verde en los compartimentos de carga, en un viaje a occidente, cuando accidentalmente, este se fermentó, lo intentaron preservar, secándolo, y se dieron cuenta que ya no era el mismo, sino que habían producido otro tipo de té, y que se podía conservar más tiempo, naciendo de este modo, el té negro. Aunque la hipótesis más plausible, sería que los productores, (en su afán de aumentar la comercialización), trataron de conservarlo en cantidades, con un proceso de secado, fermentado y horneado, que lo conservara así durante mucho más tiempo, para poderlo comercializar.
Junto al té rojo, el té negro, tiene un gran poder de conservación. La India y Sri Lanka, son los principales países productores de té negro, y entre los más famosos té negros, (especialmente blends), se encuentran el Earl Grey, el Irish Breakfast, o el English Breakfast.
 Té rojo
Al té rojo se lo conoce también con el nombre de Pu-Erh, y se refiere a un condado del mismo nombre ubicado en Yunnan, en el sur China y perteneciente a SiMao y XiShuangBanna. Pu-Erh se incorporó a China en el siglo XIII y se la denomina “la región de la eterna primavera”.
La preparación del té rojo consiste en una cucharada de postre de la planta de Pu-Erh y agua a 85° durante 3 a 5 minutos, para obtener la infusión en su punto ideal de preparación, quedando con un rojo intenso. Es interesante observar la espuma que genera luego del servido, es recomendable no beberlo con ningún agregado para saborear su esencia pero de agregarle algún endulzante preferentemente que sea de origen natural o integral, nada de azúcar ya que aumenta los valores de grasa. Sus aromas son más bien vegetales, con notas terrosas, firmes, textura envolvente, seco pero armonioso, a este té se lo compara normalmente con algunos vinos en los que un mayor tiempo de guarda le otorga una madurez que solo el Pu-Erh puede expresar.
 Té blanco
El té blanco fue, históricamente, uno de los tés más exclusivos y restringidos, entre todas las infusiones, y es que, según señalaban, tenía propiedades mágicas, para los pueblos chinos. Según cuenta la historia, desde la Dinastía Song, el té fue, especialmente reservado a los emperadores, ya que estaba imbuido de poderes al que solo podían tener acceso los emperadores y los cargos más altos de la nobleza. Y es que la eterna juventud, y la vida eterna, eran buenas razones para cercenar el consumo de té al resto de la población, de modo que si alguien que no estuviera en la alta nobleza, se lo encontraba bebiendo el té blanco, lo pagaba con su vida. El té blanco, al igual que el té verde, no se oxida,  los brotes se encuentran recubiertos de un vello blanco, y de ahí deriva su nombre.
A este té, que se produce principalmente en China, se lo recomienda consumir tres veces al día, y como tiene bastante bajos los niveles de cafeína (a diferencia del té negro), no ocurren problemas relacionados con el insomnio. Para su preparación, se calculan dos cucharaditas de té, se pone a hervir el agua, y antes de que se produzca su ebullición, se saca del fuego, se vierte sobre el té, y se deja reposar unos 5 minutos. Posee un color amarillo claro, con alguna tonalidad dorada, tiene aromas suaves, pero persistentes, sabor afrutado, es muy delicado, y tiene una textura muy amable, con lo que unos minutos de descanso y dedicada meditación, van brillantemente acompañados por una placentera taza de té blanco.
 Té verde
Al té verde se lo considera una infusión con muchas características medicinales, es un té resultado de una mínima oxidación y en el que se le aplica calor para detener el proceso de fermentación, o sea que es un té que no se oxida, y se calcula que el té verde se produce en una cuarta parte del mundo.
Es actualmente uno de los té más populares en Occidente, ya que es una de las infusiones más beneficiosas, no solo por sus cualidades antioxidantes, sino también por su alta concentración de polifenoles. El té posee numerosos minerales que ayudan a todos estos procesos, como son el manganeso, hierro, calcio, cromo, sodio, fósforo, fluor, entre otros, justamente en ese sentido, el manganeso y el fluor cumplen un rol importante, por su actividad antibacteriana sobre las caries dentales.
La India y Sri Lanka están entre los mayores productores del té verde, se consumo es muy alto en China, Japón y Vietnam, suele utilizárselo, frecuentemente, por budistas y taoístas, en sus meditaciones, ya que disminuye notoriamente el sueño, y permite un alto grado de concentración.
El color de té, es de un verde claro, tonalidades verdosas con meniscos blanquecinos, con aromas bastante menos marcados que el té negro o el rojo, suave en boca, con cierto amargor al final de boca, notas vegetales, herbáceas, muy equilibrado, es muy positivo apreciar sus notas sin ningún tipo de endulzantes, para poder abstraer sus características centrales, pero se lo suele beber con hielo y con hojitas de menta, que le otorgan características sumamente refrescantes.
Para más información se puede comunicar con Gyokuro, Círculo Argentino del Té donde se dicta la carrera de sommelier de té en forma presencial y a distancia.
Muchas gracias al Diario Jornada online por la entrevista

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