Otra semana, otra encuesta llevada a cabo por un equipo de expertos de una universidad altamente sospechoso de algún remoto rincón del globo.
En casi todos los días hay un hecho de la revelación en relación con el café, la carne, la luz del sol, frutas, verduras, productos lácteos, muesli, trotar, el vino ... O es bueno para ti, malo para usted, ¿está bien en pequeñas dosis, que debe evitarse a toda costa o abrazado con todo el entusiasmo que usted puede reunir. Se vuelve tan confuso que estaría justificada por no querer levantarse de la cama por la mañana.
En última instancia, una buena dosis de sentido común debe prevalecer y, probablemente, el mantra de su madre de "la mayoría de las cosas con moderación" tiene mucho a su favor.
Cuando se trata de beber vino hay algunas conclusiones obvias y verificables. El vino contiene alcohol y el exceso afecta el cerebro, el estado de ánimo y el comportamiento y puede causar graves daños sociales, físicos y psicológicos. Ninguna disputa allí. Las civilizaciones antiguas de vino para respetar ciertas propiedades medicinales.
Por ejemplo, el médico griego Hipócrates recomendaba su uso como desinfectante, especialmente para las heridas de los gladiadores, y consideró que cuando se consume en pequeñas cantidades que ayudaron a la digestión.
Para ser honesto, hasta alrededor del siglo 17 era probablemente más seguro beber el vino que el agua. Hoy en día se nos advierte de los peligros considerables de alcohol cuando las borracheras - el hígado y el daño cerebral y la posible incidencia de algunos cánceres, trastornos de la sangre y las fluctuaciones de presión, infecciones de la piel y el daño a los bebés por nacer, si las mujeres beben durante el embarazo.
Luego están los defensores del consumo moderado de alcohol, que afirman considerable evidencia de que el vino tinto, en particular, por lo general cuando se consume con alimentos, puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedad coronaria y ayudar el flujo sanguíneo en el cuerpo.
No soy un experto y ser tan confusa como la siguiente persona. Todos están de acuerdo, sin embargo, sobre la importancia del agua potable junto con el vino. La regla general parece ser que por cada vaso de vino que debe bajar al menos uno de agua. El vino no está destinado a ser uno para calmar la sed y siempre deben ser tratadas con un alto nivel de respeto.
El mantra de "beber menos, tomar una mejor calidad" puede tener mucho a su favor.
Nota Publicada en Life and Style Reviews, The New Zealand Herald por el periodista Por John Hawkesby