Al finalizar la cata con Robert Parker, desde el Forum Rioja, (Palacio de Congresos donde se realizó el Wine Future), partieron dos autobús para llevarnos hasta el Museo de la Cultura y el Vino de Dinastía Vivanco, ubicados en Briones.
En uno de ellos fuimos con Diario del Vino, durante una media hora fueron contándonos un poco de la historia de la familia y otro tanto del Museo, pero que lamentablemente no ibamos a contar con tanto tiempo para realizar una exhaustiva recorrida de todo el Museo.
Lo cierto es que fueron 4 generaciones las que se dedicaron a elaborar vino, desde 1915 con Pedro Vivanco González, su hijo Santiago Vivanco, siguiendo la vocación familiar Pedro Vivanco, hasta llegar a Santiago Vivanco y Rafael Vivanco, que son la cuarta generación.
Entre ellos han construido una fabulosa Bodega, con sus viñedos con 300 hectáreas, en los municipios de Briones, en la cual lo que hay más plantado es tempranillo, luego graciana, mazuelo, garnacha y una experimentación que están realizando con el cabernet sauvignon, otro de sus andamiajes es la Fundación Dinastía Vivanco, en la que se encargan de la Investigación y Divulgación de la Cultura e Historia del Vino.
Por otro lado el Museo, construidos en base a un montaje museográfico, en el que se encuentran colecciones que fueron recogidas hace más de 40 años, y que en sus 6000 metros cuadrados guarda una impronta de características medievales.
Y entre otras tantas producciones, un espacio con una enotienda, uno para cursos de cata y formación, un centro de documentación del vino, y otro espacio, que es donde finalizamos la recorrida, que es el restaurante. Aquí pudimos disfrutar de cuatro maridajes, donde la música, la comida, y el vino, nos acompañaron durante toda la velada, en el primer acto un violín, un saxo, un acordeón y un trombón, salieron a acompañar a un primer plato, con un guiso de verduritas de la huerta y setas con crujiente de jamón ibérico y aceite de pimentón, todo acompañado por Colección Vivanco 4 Varietales 2005, siendo el Tempranillo la cepa predominante con un 70%, las otras variedades son Graciano, Garnacha y Mazuelo.
Luego hizo su aparición solo el acordeón, y se pudo saborear un rodaballo a la plancha, con cremoso de tres arroces y boletus, con un Parcelas de Mazuelo 2007, la tercer aparición la hizo el trombón, “maridado” con unas paletillas de cordero asado en su jugo a las finas hierbas con gratén de patata, servido con Parcela de Graciano 2006, y el último sabor lo otorgó el saxo, que se acompañó con peras de Rincón de Soto al vino tinto con helado de canela, con un exquisito Parcela de Garnacha 2007.
A título personal, me parece que todos estos emprendimientos en los que se prioriza el trabajo familiar y que abre un amplio abanico de actividades, nos demuestran que se pueden pensar proyectos en los que el eje centralizador de todo ello, sea exclusivamente el vino. A disfrutar y Bon Appetit.